Montuno para Seis
Los compositores siempre van a querer hacerte creer que su música está inspirada en bellos paisajes y que emana del amanecer o tonterías así. Pero la verdad es que muchas veces escribimos nuestra música para competir con otros, por envidia o por sin razón alguna. Mi “Montuno for Six” nació de una situación así, cuando no quería quedarme atrás y, de no ser por mi espíritu competitivo, tal vez nunca la hubiera escrito.
En Juilliard tengo un compañero que es ridículamente talentoso, lo llamaremos Ian. Él es uno de los mejores pianistas en todo Juilliard, un compositor y director de orquesta. Para ser muy honesto, su talento es realmente ridículo. Naturalmente, muchos de los compositores en Juilliard estamos muy “al pendiente” de los proyectos, conciertos y eventos que Ian está haciendo. Entonces, un día estaba haciendo unas de mis clásicas caminatas en el tercer piso de Juilliard, viendo a los actores y bailarines ensayar en los salones grandes en Juilliard. De repente, comienzo a escuchar música realmente increíble, no sé de donde. Es una música que nunca había escuchado, suena como una gran cascada plateada cayendo al vacío. Miro a mi alrededor para ver de donde viene y después de un poco de confusión, logro cruzar el laberinto que se hace pasar por el tercer piso de Juilliard y llego a la sala de donde viene la música y lo veo… es una obra para ensamble de flautas GIGANTE que está siendo ensayada. Era un ejército de flautas, todos de pie y tocando música fenomenal. Pero de repente lo veo, sentado en una silla a la mitad del salón de danza con sus manos en sus piernas, es el maldito Ian. En ese momento no tenía idea si estas personas están ensayando, grabando o ni siquiera que obra están tocando pero la conclusión a la que llego inmediatamente es que seguramente están tocando la música de Ian. No se pueden imaginar los enormes celos que inundaron mi cuerpo al verlo ahí. Me pregunto como le hizo para conseguir que todas estas personas tocaran su música así y me frustra no haber pensado en algo así antes. Desde ese momento super que no había forma en que no intentaría hacer lo mismo. Después de ver eso me fui corriendo a mi cuarto y comencé a componer mi Montuno for Six, una obra para sexteto de flautas. El proceso de composición fue bastante normal y escribí un muy buen tema para la obra. Dicho tema lo volvería a usar como la idea principal en el primer movimiento de Tumbao porque no iba a desperdiciar un buen tema en un sexteto para flauta! (No es común que se toquen). Para ayudar a que la obra fuera memorable, la obra empieza con 5 de los flautistas acompañando al tema principal en Beatbox.
Unas cuantas semanas después, fui a escuchar la presentación de la obra para ensamble GIGANTE “solo para ver” lo que Ian había logrado. Afortunadamente (ji), resultó que la obra que escuché ese día no era de Ian. La obra se titula Monochrome V de Peter Schikele y se estaba prestando como parte del concierto de la maestra Carol Wincenc y todos sus estudiantes estaban participando. Ian simplemente estaba esperando su turno para ensayar otra obra del programa, no estaba escuchando su propia composición. Al final resultó que ni siquiera estaba compitiendo con él, así que gané por default!